Line Park Office / Anchezar | Santagada Arquitectos

La versatilidad, el dinamismo y la sustentabilidad son los nuevos paradigmas urbanos. Es a partir de este concepto que se materializa un proyecto como LINE Park Office, con una ubicación determinante en una de las áreas más exclusivas de Buenos Aires, en pleno crecimiento y consolidación. La particular morfología y los límites del lote lo presentaban como una oportunidad excepcional para proyectar en la ciudad. Dentro de esas coordenadas, se diseñó un edificio con una concepción espacial innovadora para oficinas corporativas: una planta cuya longitud supera en 10 veces su ancho –10 metros– permite que la totalidad de los espacios de trabajo se encuentren a no más de 5 metros de distancia de la fachada, asegurando su permanente posibilidad de iluminación y ventilación natural. Tanto la espacialidad como las prestaciones técnicas, instalaciones sanitarias y electromecánicas del proyecto fueron diseñadas y ejecutadas bajo las normas LEED 2009 v3 EAp2 que aseguran un importante ahorro energético.

La planta baja más los cinco niveles superiores de oficinas presentan una planta tipo, configurada por un sistema modular flexible que permite obtener unidades de diversos tamaños según la necesidad del usuario. Son espacios pensados en forma sistémica, capaces de funcionar en forma independiente o en conjunto, promoviendo la transformación y adaptabilidad. El edificio combina las cualidades modernas de espacialidad, sistematización, iluminación y flexibilidad con las inquietudes contemporáneas de versatilidad, sustentabilidad, rentabilidad y revitalización urbana.

La planta es libre, de fachada vidriada hacia el noreste, con servicios y circulaciones hacia el oeste con fachada ciega de aventanamiento controlado, lo cual otorga un excelente comportamiento térmico natural al edificio. Un tectónico y concreto núcleo vertical, cuasi central, alberga servicios y circulaciones, y establece el punto de fijación de esta gran línea en movimiento.

La longitud y orientación del proyecto, y los límites configurados por los ruidosos ferrocarriles y sus taludes constituyeron un verdadero desafío técnico. Las soluciones debían conjugar en certera proporción: espacialidad, funcionalidad, factibilidad y viabilidad económica. De ahí que  la materialidad fuera estudiada y proyectada en precisa sintonía con la propuesta espacial y conceptual. La estructura resistente, de hormigón armado, se materializó a partir del sistema BubbleDeck: losas alivianadas con pelotas plásticas, sin vigas que permitieron continuidad absoluta en todo el largo de las plantas tipo, y liviandad en el peso total del edificio.

La gran plaza de acceso se pensó como un espacio urbano que permita la continuidad desde la vereda pública hacia el interior del hall principal y del local gastronómico, ubicados circundantes a la misma. Esta plaza se eleva gradualmente a más de 2.50 metros sobre el nivel de la vereda estableciendo un sutil límite entre el espacio público y el local y permitiendo además ubicar a la planta baja por sobre la cota inundable y las cocheras por debajo de ella, sin necesidad de enterrar más de un nivel el edificio.

La envolvente del edificio está compuesta principalmente por un sistema de muro cortina y vidriado estructural (DVH) con cámara de aire acústica y polarizado invisible reductor de radiación. El desafío de esta envolvente era conseguir la mayor aislación térmica y acústica posible, a la vez que la mayor visual libre hacia el río. Hacia el oeste la fachada se resolvió ventilada a través de mampostería y placa cementicia que protege al edificio de la potente radiación solar.