Arquitecto Marcelo Del Torto

Un proyecto establecido sobre el juego entre apertura e introspección, con una recepción expansiva y una planta baja replegada sobre sí misma que invita a la meditación y el silencio. Más allá de todo lugar común, una casa hecha -sin prisa ni pausa- a la medida de su dueño, fiel reflejo de su afición por los viajes, las culturas exóticas y un estilo de vida sumamente personal.

Materiales utilizados
Interlock
Piedra Timor
Vidrio Laminado
Hormigón
Alisado de Cemento
Tronco de Palmera
Teca e Incienso
Aluminio Anodizado

Un muro de piedra y una puerta monumental es todo lo que puede verse desde la calle. La piedra fue traída de Indonesia: es un revestimiento llamado Interlock que consta de timor, una piedra de río cortada de un modo que mantiene las irregularidades naturales del material, enmallada en rejillas de 30 x 30, lo que determina la lectura como un muro prolijo donde las piezas parecen engarzadas una por una. La puerta labrada es antigua, hecha en teca de Java: perteneció a un palacio en el sudeste asiático desde donde viajó hasta orillas rioplatenses. La planta superior combina vidrio y alisado de cemento. Dos de las seis columnas hechas con palmeras de gran diámetro importadas de Sumatra para esta casa sostienen el techo de la galería.

La puerta de entrada conduce a una escalera que a su vez resulta el acceso a la recepción, situada en la planta superior de la casa. Los peldaños de la escalera son de madera de incienso, en tanto para las verticales se utilizaron sedas de Sri Lanka. Piedra timor, incienso y vidrio, los materiales principales de los que el proyecto echó mano, se avistan desde el inicio del recorrido.

La suite principal se halla a nivel del jardín e integra el baño en un ambiente único. Como revestimiento del muro perimetral se utilizó piedra timor proveniente de Asia, tanto en el exterior como en el interior y el dormitorio no es la excepción. El timor vuelve a aparecer en la bañadera, exenta, realizado a partir de una impotente roca de 1800 kg; la piedra fue ahuecada y pulida por dentro, quedando su textura rugosa por fuera y una superficie interior completamente lisa y brillante. El mismo tratamiento recibieron las piedras que ofician de bachas. En el cielorraso, los dibujos espontáneos del hormigón armado con placas de acero. Para los pisos se utilizó incienso y una laja en la zona húmeda.

Con la mayoría de sus paredes hechas en vidrio, la recepción, dispuesta en la planta alta de la casa, se abre sin barreras visuales hacia el exterior. El piso es de cemento alisado en color marfil; la mesada de la isla, en la cocina, está hecha en el mismo material. Sobre el muro de piedra se apoya un mueble de guardado en pinotea.

La mesa baja del estar es de lichee, un árbol del sudeste asiático, de donde proviene una gran cantidad de los materiales de esta casa, como las palmeras con que fueron resueltas las colosales columnas que sostienen la estructura. El vidrio es laminado y la carpintería, de aluminio anodizado.