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Santiago Calatrava

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Considerado como uno de los arquitectos más creativos del momento, los diseños de Calatrava se caracterizan por un aire futurista y la innovación técnica y estética. Sus amplios conocimientos de ingeniería le han permitido especializarse en el diseño de grandes estructuras, entre las que destacan sus puentes, muchos de ellos célebres.
Tras asistir a clases nocturnas en la Escuela de Bellas Artes y Oficios de Burjasot, Santiago Calatrava inició en 1969 la carrera de Arquitectura en la Universidad Politécnica de Valencia, donde se graduó en 1973. Al poco tiempo se trasladó a Suiza, para estudiar Ingeniería civil en la célebre Escuela Politécnica Federal de Zúrich (ETHZ, por sus iniciales en alemán), considerada una de las mejores universidades científico-tecnológicas del mundo. Entre 1979 y 1981 se doctoró allí en Ciencias Técnicas con la tesis Acerca de la plegabilidad de las estructuras y ejerció asimismo la actividad docente.

En 1981 abrió su primer estudio de arquitectura e ingeniería civil en Zúrich. Afiliado en 1987 a la Unión de Arquitectos Suizos (BSA), recibió el premio Auguste Perret UIA (Unión Internacional de Arquitectos) de París; en esta ciudad estableció un segundo estudio en 1989, mientras se realizaba la primera exposición monográfica de su obra en la Universidad de Columbia, en Nueva York, a la que seguiría una serie interminable de muestras similares en instituciones de todo el mundo.
Uno de los primeros proyectos que le mereció el reconocimiento internacional fue el de la estación ferroviaria de Stadelhofen, en Zúrich. Construida entre 1983 y 1990, Calatrava contó para su diseño con la colaboración de Arnold Amsler y Wener Rüeger. El prestigio de Calatrava se fue acrecentando con sus sucesivas obras. Una de sus grandes especialidades es la construcción de puentes, que concibe como un fenómeno cultural; los ha construido en Basilea, Mérida, Lérida, Barcelona (Bach de Roda, premio FAD de las Artes Plásticas), Valencia (sobre el Turia) y Sevilla (La Cartuja y el Alamillo, con motivo de la Expo-92).

También proyectó el aeropuerto de Sondica (Vizcaya), la torre de comunicaciones del Anillo Olímpico de Montjuïc (Barcelona), las estaciones ferroviarias de Lyon, Zurich, Berlín, Lisboa y Lieja, así como el “Hemisfèric” (planetario) de la Ciudad de las Artes y las Ciencias de Valencia y el Palacio de Congresos de Tenerife.
Su primer rascacielos, el emblemático Turning Torso (2005), en Malmö (Suecia), es una estructura en espiral de 190 metros de altura. El rascacielos Chicago Spire es una torre de forma retorcida cuya construcción se prevé finalizar en 2011 en esa ciudad estadounidense, y que con sus 610 metros de altura será el edificio más alto del país. Su labor y trayectoria se han visto reconocidos con innumerables premios. En 1999 le fue otorgado el premio Príncipe de Asturias de las artes; el mismo año fue nombrado Doctor Honoris Causa por la Universidad de Lünd (Suecia).

En Calatrava convergen una excepcional sensibilidad artística y una notable solvencia técnica; de este modo, sus obras se distinguen por su audacia estructural y su armonía exquisita. Los principios estructurales que rigen su arquitectura son a menudo de gran simplicidad, pero las soluciones técnicas alcanzan grados de sofisticación muy altos, como en los perfiles de los elementos estructurales y la yuxtaposición de los distintos materiales.

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A pesar de su predilección por los esquemas simétricos, algunos de sus edificios presentan composiciones asimétricas, como en la posición de los arcos de algunos de sus puentes, en los que consigue un gran equilibrio dinámico gracias a la disposición asimétrica de los distintos elementos en relación con su base. En el extraordinario auge creativo que vive la arquitectura española en el último cuarto de siglo, no hay duda de que la figura de Calatrava sobresale de forma particularmente relevante.

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